sábado, 3 de diciembre de 2011

Sábado, CELAC y Ginny...

Como todos los sábados, hoy me senté en la galería con mi te verde y el Diario Libre que recojo en mi jardín. (Gracias Diario Libre por visitarme cada mañana. Me caes muy bien).
En primera plana, con el mayor destaque, la noticia sobre la fundación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Siempre he sabido que me tocó vivir la transición de un mundo a otro y siempre he sentido, ante esto, una emoción tipo safari y encuentro con leones y elefantes en medio de la estepa africana, aunque también por momentos me ha embargado profunda tristeza y cansancio. ¿Por qué la transición y no el mundo nuevo con horrores resueltos?
Bueno, hace muchos años soñé en medio de un momento de drástica definición, una enorme nave espacial se llevaba a la mayoría de “mi gente” a un mejor lugar, y yo me quedaba aquí abajo con mis amigos Rafú y el Gnomo. Los tres, aún sabiendo las dificultades que enfrentaríamos, estábamos hilarantes, éramos semillas de una nueva Tierra.
Anyway, ayer nació el CELAC y me doy cuenta de que mientras Estados Unidos y Europa enfrentan caídas económicas y despertares indignados de su población, América Latina, en su mayoría, ahora está económicamente más fuerte que antes y su población sabe plantársele a sus gobiernos. La torta está girando. Los presidentes se reúnen y no invitan a los angloparlantes del norte. ¡Qué diferente!
Terminé mi lectura sabatina con “Divertida” de Ginny Taulé, en Estilos. Me hizo sonreír, me comunicó su alegría y pasión. Su lista de sentires fue como vitamina. Te recomiendo leerla. Si acaso hoy el Diario Libre no te llegó, abre Internet y entra a http://issuu.com/estilos/docs/estilos288?mode=embed&documentId=090226210126-9c6a1346eb034a0ca902b1e0.
Feliz sábado y resto de la Vida.

viernes, 4 de noviembre de 2011

descubrir... pavo... cola... eternidad...

foto en El Totoral, Isla Negra, Chile, 2 nov 2010

descubrir es la palabra de este momento
descubrir... qué? qué quiero descubrir?

si dejo de hacer preguntas veo la vida en su esplendor
veo la cola hermosa del pavo real abierta como el abanico de mi bisabuela
abierta placenteramente

el pavo nos muestra su belleza porque sabe que provoca alegría
... y yo que sé si lo hace por eso...
siempre quiero decir el por qué... qué pesadez!!!

el pavo y su bella cola y la gracia con que la ofrece
camina por el paseo y los vehículos se detienen
el pavo se voltea, nos mira, muestra su cola
su actitud es drástica... cola, camina, mira...
qué más puede haber que este momento?
cola, cola, eterna cola
sus ojos son, no nos evaden
no miran de soslayo, miran directo
aquí estoy, soy, te ofrezco lo que soy

sólo con mirarme puedes distraerte de esos murmullos internos que traes
esos murmullos que ya son rancios, de viejos y necios
atemporales, aunque tuvieron un inicio y pueden tener un fin
atemporales, por como atraviesan los días, meses y años
y todos los períodos con que el humano cuenta su presencia física en esta dimensión
esos murmullos atraviesan las edades como si no pudieran ser borrados
como si no respondieron a algo en su momento y ya no valen más

sábado, 29 de octubre de 2011

Mirador... Mirador

Mirador… Mirador
Abismo verde frente al mar

Amo tu cercanía
Extiendo mis piernas, tres pasos y tres saltos
Y estoy frente a tu puerta que es ancha
Y es mía

Entro en tu alfombra verde y camino…

Caminando percibo la cadencia de mis pasos
Danza silenciosa y reverente
Que traje conmigo y desarrollé amando

Caminando respiro y te llevo hasta el fondo
Como alimento apreciado y deseado
Ay, si no existieras Parque Mirador…

Caminando observo y reconozco tus árboles
Variedades renovadas del campo ancestral
Variedades guerreras ante el Huracán

Caminando imagino e intuyo tus cuevas
Bóvedas rituales y antiguas
Donde el hermano original dejó mensajes indescifrables

Hoy vengo con ojos diferentes a tu santuario
Con otra intención y un cuaderno de notas
Hoy quiero percibirte a plenitud

No quiero caminar dormida tus senderos
Ni quiero visitarte sin sentirte
No he de estar en ti sin conocerte

Quiero leer tu novela, enamorada de la trama
Saboreando cada hoja, cada corteza
Oliendo el viento que me empuja
Y la brisa que me cuenta historias

Te descubro como saga apasionada
Y voy leyendo tu prólogo, tus capítulos
Lentamente como exquisito té servido en chinerías

Quiero ser tu cronista, Mirador enmarañado
Escribir tu discurrir fantástico
Cantar tus faenas y tu valentía

Mirador cotidiano lleno de niños, bicicletas y patines
Lleno de amantes, de músicos
Y entrenadores de perros y de humanos

No quiero perderme detalle de tu pasión
Cada ola de brisa trae un diálogo
Retazo de historia a imaginar

“Yo no tengo afán ni miedo”
Dice un varón empoderado a la hembra que lo acompaña

“A los amigos se les visita”
Declara Ramón al hombre flácido que tiene enfrente

Pasan por mi lado tus personajes y deseo hablarles
Deseo contarles como me ocupan y me divierten…

Deseo contar al señor calvo con cara de burócrata
Que su rostro me recuerda mis 20 años…
Quizás lo conocí hace mucho y no recuerdo

Deseo acercarme al niño pitcher que acaba de perder el juego
Regalarle un caramelo y frotar su espalda
Antes de que tire el guante
Y golpee al cuarto bate que lo avasalló

Quiero agradecer al político David y su afán por tu belleza
Él y sus amigos siembran aquí y allá
Plantan botellitas al pie de las matitas
Construyen avenidas de árboles endémicos

Deseo conversar con Ramón
El pequeño entrenador de cara bonita y marrón
Tomar clases con él en la Comarca Molleros
Y colgarme de sus estructuras metálicas

Quiero pertenecer a tu familia, Mirador
Ser uno de tus coloridos personajes
Sentir tu fresco cada tarde
Y comer de tus mangos en el verano

Mirador… Mirador
Parque largo y flaco como yo
Parque pulmón
Donde florece el Comején
Tu poder de recuperación me exalta

No vine a visitarte después que pasó George
Temía ver tu enorme melena desflecada
¿Cómo ante tu destrucción justificar al huracán feroz?
Juracán Viento y Agua, Guabancex…

Dicen que con tan doloroso tratamiento
Renaces y equilibras las fuerzas de tus habitantes
Si así es, me alegra, Mirador de las cuevas
Porque también amo al Huracán furioso que viene de África

Mirador querido, querido Mirador
No sé qué hacer con Balaguer
Cuando en ti camino
No se si agradecerle… u olvidarlo
Lo segundo es difícil, Mirador
Tanto daño hizo a tanta gente
Mas te construyó, y eso…
¡Rayos! no puedo pasarlo por alto


Trabajo preparado dentro del taller de escritura “Enfrentando el Proceso Creativo”, impartido por los escritores Frank Báez y Erika Martínez, 13 julio a 17 agosto 2009.
Versión publicada en la web “Mapa Literario de Santo Domingo” http://maps.google.com/maps/ms?hl=en&ie=UTF8&source=embed&msa=0&msid=116423553606465302610.00046b9ba62a1c46cfd5d&ll=18.479014,-69.890784&spn=0.113967,0.145912&z=12

sábado, 17 de septiembre de 2011

Parabola y las lecciones de Irene

Parabola es una hermosa revista que conozco hace muchos años. Se publica en físico, tiene su sitio web www.parabola.org, envía una newsletter a los que se suscriben, y su editora, Tracy Cochran, publica The Editor’s Blog. El 1ro de septiembre Tracy publicó el blog “Irene Lessons”, comunicando las experiencias diferentes vividas durante el paso del huracán por el lugar donde vive. Les copio y traduzco el inicio y el final del escrito y los invito a buscar el escrito completo.


En medio de Irene, perdimos la energía por cuatro días. Por días, recogí ramitas en el patio para quemar como astillas en el horno de leña, y cargué cubos de agua a la casa para descargar el inodoro y lavar los platos. Fue extraño, estar tan desconectada en un sentido, pero sentirme tan íntimamente conectada con la vida y con la forma en que gran parte del resto del mundo vive. En un instante, me hice consciente de cuán valiosa es el agua limpia, y cuanta desperdicio usualmente. De repente, me di cuenta de que una casa se vuelve oscura y fría en la noche si no hay alguien que haga un fuego y lo atienda. Me convertí en la que enciende fuego, la mantenedora del calor del hogar. Anthony, el novio inglés de mi hija Alex, cocinaba la comida en la estufa de hierro. Todos aprendimos cuanto toma cocinar con fuego –¡horas! Y sin embargo, esto era el centro de la tarde, la luz y el calor del fuego, la promesa de comida tibia, la conversación grupal sobre lo que sucedía, y luego las historias que contábamos mientras comíamos. Todos aprendimos lo que es elemental y crucial, y que estas cosas básicas pueden implicar trabajo arduo, pero que hay algo inherentemente bueno y correcto en ello. Todos los seres vivientes merecen comer y sentirse cálidos y seguros, y el estar conscientemente involucrados en este trabajo puede traernos sabiduría sobre la vida. (Para principiantes, un par de jóvenes altamente educados aprendieron aquí algo sobre lo que implica hacer un buen fuego).

Cuando la energía regresó (trayendo un silencio bendito), tomé una larga ducha caliente, percibiendo momento a momento el placer y lujo que es tenerla. Me pregunté por cuanto tiempo recordaré el estar consciente de ello. Lavé los platos y limpié por horas, vivenciándolo como un lujo, consciente de que según los estándares históricos y del mundo actual, soy muy privilegiada. Alex y su novio salieron a hacer las compras necesarias para la universidad (¡luces en las calles! ¡Sin peligro de árboles caídos y cables eléctricos e inundación en la oscuridad!). Y cuando regresaron, la casa estaba encendida y alegre. En vez de reunirnos alrededor del fuego, ellos fueron a sus laptops y yo a mi cama para ver CNN un rato y luego un libro. Al ver áreas desgarradas aquí y en otros países, me sentí bendecida.

Qué yo recuerde lo que aprendí sobre el valor y la belleza del agua y el calor y el ayudar a nuestros vecinos. Que no use yo la tecnología para volverme insensible.

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In the wake of Irene, we lost power for four days. For days, I collected sticks in the yard to burn as kindling in the wood stove, and hauled buckets of water into the house to flush the toilet and wash the dishes. It was strange, being so cut off in one sense yet feeling so intimately connected with life and with the way much of the rest of the world lives. Instantly, I was aware of how precious clean water is, and how much I usually waste. Suddenly, I became aware that a house grows dark and cold at night without someone to build a fire and tend it. I became the fire builder, the keeper of the hearth. Anthony, my daughter Alex’s boyfriend from England, cooked food on the cast iron stove. We all learned how long it takes to cook over a fire—hours! And yet this was the center of the evening, the light and warmth from the fire, the promise of warm food, the common talk of how it was coming along, and then stories we told as we ate. We all learned what is elemental and crucial, and that these basic things can be hard work, yet there is something inherently good and right about it. All beings deserve to eat and be warm and safe, and being mindfully engaged in this work can bring wisdom about life. (For starters, a couple of highly educated young people here learned a little something about what it takes to build a good fire).

When the power came on (bringing a blessed silence), I took a long hot shower, realizing moment by moment what a pleasure and luxury it is to have such a thing. I wondered how long I would remember to be aware of this. I washed dishes and cleaned for hours, experiencing it as a luxury, aware that by the standards of history and the world today, I am very privileged. Alex and her boyfriend left the house to go shopping for college (street lights! No danger of fallen trees and wires and flooding in the dark!) And when they came home the house was bright and cheerful. Instead of gathering around the fire, they took to their laptops, and I took to my bed for a bit of CNN and a book. Witnessing ravaged areas here and abroad, I felt blessed.

May I remember what I learned about the preciousness of water and warmth and helping our neighbors. May I not use technology to go numb.

http://parabolatracy.wordpress.com/2011/09/01/irene-lessons/

sábado, 9 de julio de 2011

Facundo ha muerto...



hace muchos muchos años nos decía:

El día que yo me muera
No habrá que usar la balanza
Pues pa’ velar a un cantor
Con una milonga alcanza...

(No soy de aquí ni soy de allá)

domingo, 1 de mayo de 2011

Silencio

El Caribe me publicó estos tres artículos entre enero y marzo del año 2001. Hablan sobre el SILENCIO como camino y medicina.

EL CORAZÓN NECESITA SILENCIO

Meister Eckhart, monje cristiano del medioevo, dijo que “no hay nada en el universo que se asemeje más a Dios que el silencio. Es vital para el corazón humano. El corazón humano no puede vivir en constante sonido o ruido. Necesita silencio para sanarse a sí mismo. Las únicas dos cosas que son finalmente requeridas para la vuelta al hogar espiritual son quietud y silencio.”

“Vuelta al hogar espiritual” es lo que andamos buscando una gran cantidad de personas ahora mismo, esto es centrarnos, vivir desde el centro interno. El silencio nos lleva de vuelta al hogar. La vida moderna en las ciudades nos hace recorrer un camino opuesto al anterior, nos saca del centro y nos lleva a la superficie de nuestro ser, donde nos la pasamos correteando y reaccionando a las múltiples demandas del ambiente. Reaccionando no respondiendo. Reaccionamos a partir de las pautas culturales arraigadas y que no hemos repensado y evaluado para saber si verdaderamente tienen valor y sentido para nosotros. Reaccionamos a partir de nuestros miedos, que son muchos. No quedarnos fuera de la competencia, por ejemplo, es un miedo que mueve a muchos profesionales a llenar sus agendas de reuniones y eventos que no les interesan a nivel profundo, pero que supuestamente los mantienen “en el medio”.

Esta vida moderna, a la que muchos cantan fascinados, es el escenario donde aparece algo que ha dado en llamarse “stress” y que ya aparece en las investigaciones médicas como uno de los principales impulsores de las enfermedades que están diezmando a la humanidad.

Entonces hacer el camino de vuelta al hogar es la clave de este tiempo. Ahora, ¿qué es el hogar? En sentido estricto, es la casa donde habita la familia o el sitio donde se coloca la lumbre en la cocina o chimenea. Esto nos habla de calidez, de lugar agradable, de protección, de seguridad. En sentido simbólico, el hogar es de donde venimos y donde habitamos. ¿De dónde venimos? Del vientre materno, de Dios, del Misterio, de lo infinito y absoluto. No podemos volver al vientre, más sí podemos volver al Misterio de Dios. Volver a Dios no implica morir, sino aceptar que la expansión espiritual dirija nuestra vida. Vivir la vida desde lo que Dios significa. Muchos quieren encontrar esto a partir del intelecto, buscan en libros, piensan y discuten mucho sobre lo que dice este o aquel libro, profeta o santo. El intelecto es una carretera estrecha y llena de trampas.

El silencio es un camino abierto hacia la recuperación del centro. Hacer silencio fuera y dentro y observar que ocurre. Entender que lo que ocurre sólo ocurre, registrarlo sin juzgarlo y así aprendemos quienes somos y como es el mundo que nos rodea. El silencio y el conocimiento sabio traen paz, aceptación y fortaleza para vivir las dificultades.

Hay lugares, personas y herramientas que nos pueden ayudar a introducir el silencio en nuestros días. Podemos aprender solos o acompañados.

(Publicado en El Caribe, 1 enero 2001, p. 11)
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LA MEDICINA DEL SILENCIO

La medicina de avanzada ha encontrado que el silencio interno es cura para las dolencias provocadas por el estrés. Y, así, la práctica de silencio se convierte en parte importante del tratamiento que aplica.

El Dr. Herbert Benson recomienda la práctica de meditación u oración contemplativa diariamente. El Dr. Benson es uno de los líderes mundiales en la investigación médica sobre el estrés y tiene su asiento en la Universidad de Harvard (EUA). El Dr. Jon Kabat-Zinn dirige un Programa de Reducción del Estrés dentro del Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. Como parte del tratamiento, los pacientes realizan ejercicios de relajación guiada durante 45 minutos diariamente. El Dr. Larry Dossey ha hecho investigaciones sobre la positiva influencia de la oración en la sanación. Estos tres médicos tienen fama internacional y han publicado varios libros presentando sus ideas y hallazgos.

El Dr. Benson ha investigado a personas que por años han practicado la contemplación y a personas enfermas que aprenden a practicar la contemplación y los cambios que esto provoca en su salud. Y también ha estudiado los diferentes caminos de silencio, buscando las pautas que se repiten entre ellos. Una cita que presenta en su libro The Relaxation Response y que comprende gran parte de la sencillez de la práctica es la siguiente tomada de escritos de los antiguos padres griegos del cristianismo:

“Siéntate solo y en silencio. Baja tu cabeza, cierra tus ojos, respira con suavidad e imagínate que miras tu corazón. Al expirar, di ‘Señor Jesucristo, ten piedad de mí.’ Dilo, moviendo tus labios suavemente, o simplemente dilo en tu mente. Trata de poner a un lado todos los demás pensamientos. Estate quieto, se paciente y repite el proceso con mucha frecuencia.”

El Dr. Kabat-Zinn, por su parte, dice que “no hay drogas que te van a hacer inmune al estrés o al dolor o que van a disolver mágicamente tus problemas y promover sanación.” El enseña a sus pacientes a practicar la atención y el desarrollo de la conciencia del momento presente, y la herramienta fundamental que usa es la práctica de la relajación en la cual la mente guía al cuerpo en el reconocimiento de su situación y en el soltar la tensión.

El Dr. Dossey, en su libro Recovering the Soul, afirma que la mayoría de las tradiciones religiosas conceden a la oración “un potente poder de curación” y que la oración tiene una historia larga y honorable de intervención en la enfermedad. Tanto él como muchos otros investigadores de la oración han encontrado evidencias sorprendentes de que la mente puede actuar sobre la materia en formas decisivas, tan decisivas como de vida o muerte.

La oración contemplativa y la meditación son un camino de salud integral. Ahora, estamos presentando el silencio desde una rama, su influencia en la salud. Más el silencio interno es el camino hacia Dios. Ahí, en las profundidades de nuestro ser, nos encontramos con Dios, pura y simplemente, aguardando por nosotros.

(Publicado en El Caribe, 20-21 enero 2001, p. 11)
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¿DÓNDE ESTÁ EL SILENCIO?

Recomendé en el artículo El corazón necesita silencio, que se publicó aquí el 1ro de enero, “hacer silencio fuera y dentro y observar qué ocurre”. Y alguien me preguntó cómo rayos lograr silencio viviendo en una ciudad tan ruidosa como Santo Domingo, dime a donde ir.

Es cierto, la gran ciudad atenta contra nuestro esfuerzo de recogimiento. Vivimos una cultura bastante ruidosa, y en un tiempo de demasiadas voces con ofertas de todo tipo, raras veces de paz. El silencio interno es la mejor medicina para encontrarnos a nosotros mismos, aclarar nuestro camino y nuestra misión en la vida, y para el encuentro con Dios. Y, como efecto secundario, una de las medicinas por excelencia para el estrés, y esto ha sido científicamente demostrado en investigaciones.

La primera respuesta a la pregunta original es que no hay que irse a ningún lugar porque en donde quiera que estemos podemos entrar en el silencio.

La segunda respuesta es que es importante buscar ayuda para el entrenamiento en el silencio interno y para ello tengo dos opciones maravillosas y dominicanas.

Una es la Casa de Silencio y Oración Centrante, una institución católica que promueve la oración contemplativa en la antigua tradición mística de los Padres del Desierto. Ofrecen varios retiros de diferente duración durante el año y los mismos son oportunidades para revisar nuestras vidas y provocar cambios deseados.

Otra solución es pasar unos días en el Monasterio Cisterciense Santa María del Evangelio, ubicado en las montañas de Pinar Quemado, Jarabacoa. En ese remoto lugar, al final de un camino, viven once monjes de diferentes lugares del mundo, en constante oración y trabajo contemplativo.

Los monjes son una experiencia exquisita para quienes buscan el silencio. Ellos han vivido por muchos años en esa vida “lejos del mundanal ruido”, viven en la realidad, pero en una dimensión paralela a la de la sociedad que hemos construido. Los monasterios son puntos de irradiación de paz para el planeta y los monjes son un cuerpo que ha existido por más de mil años. Aún antes del origen de cada orden hoy conocida, ha habido seres humanos retirados viviendo en armonía con Dios y su creación. Entonces cuando uno entra al monasterio uno se conecta con un camino muy antiguo hacia Dios, una avenida, diría yo.

Ahora, el asunto no es que en el monasterio y en los retiros se puede sentir a Dios y aquí abajo en la ciudad no. He aprendido que puedo sentir a Dios igual de fuerte en mi casa o manejando un vehículo en la alocada Santo Domingo. Todo depende de mí. Sí es cierto que en el retiro es más fácil porque hay menos obstáculos externos, menos invitaciones a escapar y todo está preparado para el silencio.

Sin embargo, también en el silencio del retiro o monasterio podemos vernos y escucharnos con mayor claridad ya que hay menos barreras, y esto a veces da miedo, por eso nos llenamos de quehaceres (ruido) constantemente.

(Publicado en El Caribe, 24-25 marzo 2001, p. 11)

domingo, 23 de enero de 2011

Oración







Rostro de la Kwan Yin, Plaza Zodiacal, Barrio Chino, Santo Domingo, República Dominicana



Madre amada, insufla mi alma, sopla mi cuerpo y que tu aliento cálido y fresco haga reverberar todo mi ser.

Madre danza en mi plexo solar para deshacer nudos y nubes. Madre brilla esplendorosa en mi interior para que tu Luz invite mi lámpara a quemar con intensidad.

Madre mueve mis entrañas con la danza de tus manos místicas y pon tu sonrisa juguetona en mi vientre.

Madre sopla mi cabeza y todo lugar donde se alojen pensamientos, que todo se haga polvo de estrellas e inicie y arranque como niños antiguos que regresan gozosos trayendo una sabiduría nueva y encantadora.

Madre se en mi insistentemente.