entro a la Caverna Cristalina... bebo agua en pozos interiores... ramitas secas de mi cuerpo-árbol reviven en el viaje-inmersión... encuentro cristales, reliquias antiguas, huesos, peces, piedras dibujadas... descrifro algunos de los símbolos en ellas... en su agua siento la corriente subterránea y por ella fluyen emociones, historias, imágenes arquetípicas, rostros de seres que están cerca... la colectividad... soy un holón, soy todos, somos Uno... la separación es ilusión
sábado, 3 de diciembre de 2011
Sábado, CELAC y Ginny...
viernes, 4 de noviembre de 2011
descubrir... pavo... cola... eternidad...
sábado, 29 de octubre de 2011
Mirador... Mirador
Amo tu cercanía
Extiendo mis piernas, tres pasos y tres saltos
Y estoy frente a tu puerta que es ancha
Y es mía
Entro en tu alfombra verde y camino…
Caminando percibo la cadencia de mis pasos
Danza silenciosa y reverente
Que traje conmigo y desarrollé amando
Caminando respiro y te llevo hasta el fondo
Como alimento apreciado y deseado
Ay, si no existieras Parque Mirador…
Caminando observo y reconozco tus árboles
Variedades renovadas del campo ancestral
Variedades guerreras ante el Huracán
Caminando imagino e intuyo tus cuevas
Bóvedas rituales y antiguas
Donde el hermano original dejó mensajes indescifrables
Hoy vengo con ojos diferentes a tu santuario
Con otra intención y un cuaderno de notas
Hoy quiero percibirte a plenitud
No quiero caminar dormida tus senderos
Ni quiero visitarte sin sentirte
No he de estar en ti sin conocerte
Quiero leer tu novela, enamorada de la trama
Saboreando cada hoja, cada corteza
Oliendo el viento que me empuja
Y la brisa que me cuenta historias
Te descubro como saga apasionada
Y voy leyendo tu prólogo, tus capítulos
Lentamente como exquisito té servido en chinerías
Quiero ser tu cronista, Mirador enmarañado
Escribir tu discurrir fantástico
Cantar tus faenas y tu valentía
Mirador cotidiano lleno de niños, bicicletas y patines
Lleno de amantes, de músicos
Y entrenadores de perros y de humanos
No quiero perderme detalle de tu pasión
Cada ola de brisa trae un diálogo
Retazo de historia a imaginar
“Yo no tengo afán ni miedo”
Dice un varón empoderado a la hembra que lo acompaña
“A los amigos se les visita”
Declara Ramón al hombre flácido que tiene enfrente
Pasan por mi lado tus personajes y deseo hablarles
Deseo contarles como me ocupan y me divierten…
Deseo contar al señor calvo con cara de burócrata
Que su rostro me recuerda mis 20 años…
Quizás lo conocí hace mucho y no recuerdo
Deseo acercarme al niño pitcher que acaba de perder el juego
Regalarle un caramelo y frotar su espalda
Antes de que tire el guante
Y golpee al cuarto bate que lo avasalló
Quiero agradecer al político David y su afán por tu belleza
Él y sus amigos siembran aquí y allá
Plantan botellitas al pie de las matitas
Construyen avenidas de árboles endémicos
Deseo conversar con Ramón
El pequeño entrenador de cara bonita y marrón
Tomar clases con él en la Comarca Molleros
Y colgarme de sus estructuras metálicas
Quiero pertenecer a tu familia, Mirador
Ser uno de tus coloridos personajes
Sentir tu fresco cada tarde
Y comer de tus mangos en el verano
Mirador… Mirador
Parque largo y flaco como yo
Parque pulmón
Donde florece el Comején
Tu poder de recuperación me exalta
No vine a visitarte después que pasó George
Temía ver tu enorme melena desflecada
¿Cómo ante tu destrucción justificar al huracán feroz?
Juracán Viento y Agua, Guabancex…
Dicen que con tan doloroso tratamiento
Renaces y equilibras las fuerzas de tus habitantes
Si así es, me alegra, Mirador de las cuevas
Porque también amo al Huracán furioso que viene de África
Mirador querido, querido Mirador
No sé qué hacer con Balaguer
Cuando en ti camino
No se si agradecerle… u olvidarlo
Lo segundo es difícil, Mirador
Tanto daño hizo a tanta gente
Mas te construyó, y eso…
¡Rayos! no puedo pasarlo por alto
Trabajo preparado dentro del taller de escritura “Enfrentando el Proceso Creativo”, impartido por los escritores Frank Báez y Erika Martínez, 13 julio a 17 agosto 2009.
sábado, 17 de septiembre de 2011
Parabola y las lecciones de Irene
sábado, 9 de julio de 2011
Facundo ha muerto...
domingo, 1 de mayo de 2011
Silencio
EL CORAZÓN NECESITA SILENCIO
Meister Eckhart, monje cristiano del medioevo, dijo que “no hay nada en el universo que se asemeje más a Dios que el silencio. Es vital para el corazón humano. El corazón humano no puede vivir en constante sonido o ruido. Necesita silencio para sanarse a sí mismo. Las únicas dos cosas que son finalmente requeridas para la vuelta al hogar espiritual son quietud y silencio.”
“Vuelta al hogar espiritual” es lo que andamos buscando una gran cantidad de personas ahora mismo, esto es centrarnos, vivir desde el centro interno. El silencio nos lleva de vuelta al hogar. La vida moderna en las ciudades nos hace recorrer un camino opuesto al anterior, nos saca del centro y nos lleva a la superficie de nuestro ser, donde nos la pasamos correteando y reaccionando a las múltiples demandas del ambiente. Reaccionando no respondiendo. Reaccionamos a partir de las pautas culturales arraigadas y que no hemos repensado y evaluado para saber si verdaderamente tienen valor y sentido para nosotros. Reaccionamos a partir de nuestros miedos, que son muchos. No quedarnos fuera de la competencia, por ejemplo, es un miedo que mueve a muchos profesionales a llenar sus agendas de reuniones y eventos que no les interesan a nivel profundo, pero que supuestamente los mantienen “en el medio”.
Esta vida moderna, a la que muchos cantan fascinados, es el escenario donde aparece algo que ha dado en llamarse “stress” y que ya aparece en las investigaciones médicas como uno de los principales impulsores de las enfermedades que están diezmando a la humanidad.
Entonces hacer el camino de vuelta al hogar es la clave de este tiempo. Ahora, ¿qué es el hogar? En sentido estricto, es la casa donde habita la familia o el sitio donde se coloca la lumbre en la cocina o chimenea. Esto nos habla de calidez, de lugar agradable, de protección, de seguridad. En sentido simbólico, el hogar es de donde venimos y donde habitamos. ¿De dónde venimos? Del vientre materno, de Dios, del Misterio, de lo infinito y absoluto. No podemos volver al vientre, más sí podemos volver al Misterio de Dios. Volver a Dios no implica morir, sino aceptar que la expansión espiritual dirija nuestra vida. Vivir la vida desde lo que Dios significa. Muchos quieren encontrar esto a partir del intelecto, buscan en libros, piensan y discuten mucho sobre lo que dice este o aquel libro, profeta o santo. El intelecto es una carretera estrecha y llena de trampas.
El silencio es un camino abierto hacia la recuperación del centro. Hacer silencio fuera y dentro y observar que ocurre. Entender que lo que ocurre sólo ocurre, registrarlo sin juzgarlo y así aprendemos quienes somos y como es el mundo que nos rodea. El silencio y el conocimiento sabio traen paz, aceptación y fortaleza para vivir las dificultades.
Hay lugares, personas y herramientas que nos pueden ayudar a introducir el silencio en nuestros días. Podemos aprender solos o acompañados.
(Publicado en El Caribe, 1 enero 2001, p. 11)
----------------------------
LA MEDICINA DEL SILENCIO
La medicina de avanzada ha encontrado que el silencio interno es cura para las dolencias provocadas por el estrés. Y, así, la práctica de silencio se convierte en parte importante del tratamiento que aplica.
El Dr. Herbert Benson recomienda la práctica de meditación u oración contemplativa diariamente. El Dr. Benson es uno de los líderes mundiales en la investigación médica sobre el estrés y tiene su asiento en la Universidad de Harvard (EUA). El Dr. Jon Kabat-Zinn dirige un Programa de Reducción del Estrés dentro del Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. Como parte del tratamiento, los pacientes realizan ejercicios de relajación guiada durante 45 minutos diariamente. El Dr. Larry Dossey ha hecho investigaciones sobre la positiva influencia de la oración en la sanación. Estos tres médicos tienen fama internacional y han publicado varios libros presentando sus ideas y hallazgos.
El Dr. Benson ha investigado a personas que por años han practicado la contemplación y a personas enfermas que aprenden a practicar la contemplación y los cambios que esto provoca en su salud. Y también ha estudiado los diferentes caminos de silencio, buscando las pautas que se repiten entre ellos. Una cita que presenta en su libro The Relaxation Response y que comprende gran parte de la sencillez de la práctica es la siguiente tomada de escritos de los antiguos padres griegos del cristianismo:
“Siéntate solo y en silencio. Baja tu cabeza, cierra tus ojos, respira con suavidad e imagínate que miras tu corazón. Al expirar, di ‘Señor Jesucristo, ten piedad de mí.’ Dilo, moviendo tus labios suavemente, o simplemente dilo en tu mente. Trata de poner a un lado todos los demás pensamientos. Estate quieto, se paciente y repite el proceso con mucha frecuencia.”
El Dr. Kabat-Zinn, por su parte, dice que “no hay drogas que te van a hacer inmune al estrés o al dolor o que van a disolver mágicamente tus problemas y promover sanación.” El enseña a sus pacientes a practicar la atención y el desarrollo de la conciencia del momento presente, y la herramienta fundamental que usa es la práctica de la relajación en la cual la mente guía al cuerpo en el reconocimiento de su situación y en el soltar la tensión.
El Dr. Dossey, en su libro Recovering the Soul, afirma que la mayoría de las tradiciones religiosas conceden a la oración “un potente poder de curación” y que la oración tiene una historia larga y honorable de intervención en la enfermedad. Tanto él como muchos otros investigadores de la oración han encontrado evidencias sorprendentes de que la mente puede actuar sobre la materia en formas decisivas, tan decisivas como de vida o muerte.
La oración contemplativa y la meditación son un camino de salud integral. Ahora, estamos presentando el silencio desde una rama, su influencia en la salud. Más el silencio interno es el camino hacia Dios. Ahí, en las profundidades de nuestro ser, nos encontramos con Dios, pura y simplemente, aguardando por nosotros.
(Publicado en El Caribe, 20-21 enero 2001, p. 11)
---------------------------------------
¿DÓNDE ESTÁ EL SILENCIO?
Recomendé en el artículo El corazón necesita silencio, que se publicó aquí el 1ro de enero, “hacer silencio fuera y dentro y observar qué ocurre”. Y alguien me preguntó cómo rayos lograr silencio viviendo en una ciudad tan ruidosa como Santo Domingo, dime a donde ir.
Es cierto, la gran ciudad atenta contra nuestro esfuerzo de recogimiento. Vivimos una cultura bastante ruidosa, y en un tiempo de demasiadas voces con ofertas de todo tipo, raras veces de paz. El silencio interno es la mejor medicina para encontrarnos a nosotros mismos, aclarar nuestro camino y nuestra misión en la vida, y para el encuentro con Dios. Y, como efecto secundario, una de las medicinas por excelencia para el estrés, y esto ha sido científicamente demostrado en investigaciones.
La primera respuesta a la pregunta original es que no hay que irse a ningún lugar porque en donde quiera que estemos podemos entrar en el silencio.
La segunda respuesta es que es importante buscar ayuda para el entrenamiento en el silencio interno y para ello tengo dos opciones maravillosas y dominicanas.
Una es la Casa de Silencio y Oración Centrante, una institución católica que promueve la oración contemplativa en la antigua tradición mística de los Padres del Desierto. Ofrecen varios retiros de diferente duración durante el año y los mismos son oportunidades para revisar nuestras vidas y provocar cambios deseados.
Otra solución es pasar unos días en el Monasterio Cisterciense Santa María del Evangelio, ubicado en las montañas de Pinar Quemado, Jarabacoa. En ese remoto lugar, al final de un camino, viven once monjes de diferentes lugares del mundo, en constante oración y trabajo contemplativo.
Los monjes son una experiencia exquisita para quienes buscan el silencio. Ellos han vivido por muchos años en esa vida “lejos del mundanal ruido”, viven en la realidad, pero en una dimensión paralela a la de la sociedad que hemos construido. Los monasterios son puntos de irradiación de paz para el planeta y los monjes son un cuerpo que ha existido por más de mil años. Aún antes del origen de cada orden hoy conocida, ha habido seres humanos retirados viviendo en armonía con Dios y su creación. Entonces cuando uno entra al monasterio uno se conecta con un camino muy antiguo hacia Dios, una avenida, diría yo.
Ahora, el asunto no es que en el monasterio y en los retiros se puede sentir a Dios y aquí abajo en la ciudad no. He aprendido que puedo sentir a Dios igual de fuerte en mi casa o manejando un vehículo en la alocada Santo Domingo. Todo depende de mí. Sí es cierto que en el retiro es más fácil porque hay menos obstáculos externos, menos invitaciones a escapar y todo está preparado para el silencio.
Sin embargo, también en el silencio del retiro o monasterio podemos vernos y escucharnos con mayor claridad ya que hay menos barreras, y esto a veces da miedo, por eso nos llenamos de quehaceres (ruido) constantemente.
(Publicado en El Caribe, 24-25 marzo 2001, p. 11)
domingo, 23 de enero de 2011
Oración
Rostro de la Kwan Yin, Plaza Zodiacal, Barrio Chino, Santo Domingo, República Dominicana
Madre amada, insufla mi alma, sopla mi cuerpo y que tu aliento cálido y fresco haga reverberar todo mi ser.
Madre danza en mi plexo solar para deshacer nudos y nubes. Madre brilla esplendorosa en mi interior para que tu Luz invite mi lámpara a quemar con intensidad.
Madre mueve mis entrañas con la danza de tus manos místicas y pon tu sonrisa juguetona en mi vientre.
Madre sopla mi cabeza y todo lugar donde se alojen pensamientos, que todo se haga polvo de estrellas e inicie y arranque como niños antiguos que regresan gozosos trayendo una sabiduría nueva y encantadora.
Madre se en mi insistentemente.